La magia de las Redes Sociales

 

A veces la gente es escéptica cuando hablas de fines, el día que decidimos empezar el proyecto de una comunidad tan específica como la de reencontrar a los miles de Españoles que residen en otras ciudades no pudimos imaginar que este proyecto familiar iba a llegar tan lejos.

Compatibilizar la vida diaria con la moderación de unas redes sociales es una labor compleja, ambiciosa y sobretodo exigente. Levantarte por la mañana mientras te tomas tu café es desconectar de la taza y viajar a cualquier parte de Europa, es mezclarte con valoraciones, recorrer con cada usuario sus inquietudes, empatizar y plantearte mil situaciones distintas.

En el camino de cada aportación en las redes es entrar en un círculo de opiniones, ver todos los puntos de vista y aprender de cada uno. Cuando un español llega a una ciudad no sólo se va a encontrar un mundo nuevo que descubrir, va a aprender a convivir en un entorno extraño donde el primer paso es integrarse.

Nuestras comunidades pasean por países distintos, parten desde la ciudad del amor donde este se queda sólo para los turistas, camina con precaución por la perfección y el detalle más germano, empatiza en su recorrido por ciudades de cuento donde valoran más sus verdes que a los que llegan a regarlo y llega hasta la belleza de los fiordos donde los vikingos no se extinguieron.

Adaptarse a un entorno nuevo siempre es complicado y ser español es ese hándicap que suma a todo esto, porque de alguna manera nuestra nostalgia y estado de bienestar a la española es un punto difícil de conseguir en otra tierra que no sea la tuya.

Y toda esta reflexión os explicaré de donde viene, esta semana en un hilo un Español que llegaba a Noruega se preguntaba si de algo servían las redes sociales y si la gente realmente ayudaba; ese día me acordé de mi más tierna juventud cuando en el instituto el profesor de geografía planteaba un problema y yo siempre le encontraba mil soluciones, tenía esa capacidad de rebatir mil veces cualquier idea encontrándole la parte más positiva, cuando se cansaba de escucharme terminaba con su frase de siempre “Señorita Merino, le vamos a hacer presidenta del Gobierno a ver si nos soluciona el mundo”.

Siempre he pensado que el mundo no lo cambia uno, sino que lo hacemos todos y que cada aportación suma siempre que sea en beneficio de aquellos que lo necesitan; colaborar no es dejarlo todo para ayudar, es simplemente encontrar un punto donde lo que a ti te sirvió puedas utilizarlo para que otras personas se salten ese obstáculo y lo tengan más fácil, virtud de cada uno es decidir si hacerlo o no. En aquel hilo se planteaban la voluntad de la gente a aportar, ayudar es una decisión muy personal y la libertad de uno termina siempre cuando empieza la del otro; me explico, cuando una persona llega a un país extraño los obstáculos son grandes pero pocos pretenden que se lo den todo hecho como algunos piensan, aquel que llega a un sitio ya ha sido valiente de dejarlo todo para aventurarse a una nueva vida, realmente si pregunta, plantea o solicita ayuda considera una respuesta como un punto a favor pero nunca como una necesidad.

Volviendo al hilo, a la pregunta de aquel usuario de si estas comunidades sirven responderé basándome en la experiencia de este tiempo moderando nuestras comunidades, si y rotundamente si sirve.

Cuando nuestros Españoles llegaban a una nueva ciudad hace veinte años no existían las redes sociales, encontrarse un compatriota paseando por la ciudad era una lotería salvo que hubieses llegado de mano de un conocido, adaptarse a la manera de vivir de los lugareños toda una aventura y encontrar trabajo o alquiler imposible si no sabías el idioma; a día de hoy desde cualquier parte del mundo puedes sentarte con cualquier dispositivo con acceso a la red y lo tienes todo en tu mano. Las redes sociales tienen magia y no solo esa de la tecnología sino también de la intención.

Hoy recuerdo a un joven español en Marsella que llegó con un nuevo trabajo y de la noche a la mañana se quedó solo en la ciudad porque la empresa decidió recortar personal, se puso en contacto conmigo porque habíamos detectado un anuncio de choferes que resultó ser falso, decidimos buscar un padrino y allí sigue su camino contento y creando bonitos lazos. En ese momento su suerte cambio tan solo por la buena voluntad de otros que no les costó tanto.

Y si, las redes crecen, la gente se habitúa y saca puntos buenos de estas comunidades, he conocido españolas que en Copenhague ayudan con todas las gestiones más complejas en su adaptación con gran profesionalidad haciendo de esta labor su vocación y manera de vida, he visto como profesionales de las finanzas han decidido ayudar a su comunidad en Alemania explicándoles todo lo que necesitan para vivir allí a nivel más rutinario, cuales son las situaciones en las que se van a encontrar cuando lleguen, como una aventurera Canaria ha dado la oportunidad a Españoles de nuestras redes para trabajar en cruceros fluviales por Europa.

Y es que cada español que entra en nuestra comunidad entra en una cadena recíproca de colaboración, porque sirven las demandas, sirven las soluciones y también sirven los silencios, porque observando también se genera un camino de aprendizaje.

Así que la magia de las redes sociales existe desde cualquier punto que escojas, porque lo que tu lees siempre sirve; es el poder de la comunicación, del tu a tu, de la confianza y la boca a boca.

Y terminaré mi entrada de hoy recordándoos ese SI motivo de esta reflexión, hoy después de comer en familia recibí un privado en mi Facebook, era una chica catalana que tiene una bonita casa rural en Vall d’Aran; me escribía porque unos miembros de nuestra comunidad en su camino desde Bélgica de visita a ver a unos familiares en España se habían hospedado en su hotel y le habían hablado de nosotros, de Españoles en Europa ; las bellas vistas de aquel entorno les hicieron pensar lo bonito que sería que cualquiera que hiciera el mismo recorrido como punto de descanso en el viaje de otros. No pude menos que sonreír, pensando en que en cualquier parte de Europa alguien puede acordarse de nosotros y que esta labor que hacemos, que no siempre es fácil es retribuida con estos momentos de buena intención. Así que las redes sociales tienen magia especialmente en aquellos que creen en ellas.

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