Españoles atrapados por cierre de fronteras un mes después y sus héroes sin nombre

Un mes y pico ha pasado desde que comenzamos nuestra aventura de encontrar españoles perdidos en el mundo atrapados por cierre de fronteras. El día 15 de Marzo España se declaró en estado de alarma y todos quedamos confinados a la espera de que este dichoso virus que ha parado el mundo nos dejara circular tranquilamente como siempre, en nuestra vida de Españoles sonrientes y vivarachos. Ha pasado un mes que quedará en la memoria de todos y que continuará hasta que las aguas vuelvan a su cauce y podamos recuperar esas cosas tan sencillas como comerte una paella el domingo en casa de tu madre y discutir con tus hermanos sobre si te queda mejor el rubio que te ha puesto esta vez la peluquera.

En estos días, sentada desde mi cocina he visto pasar la vida de miles de Españoles atrapados en los rincones más recónditos de este señor mundo unas veces con finales felices y otros a la espera, pero sin duda un montón de españoles que les ha cambiado la vida lejos de su casa; personas que se fueron a empezar su año en una aventura Europea y de repente sus sueños se han ido al carajo porque se han quedado allí, han perdido su trabajo quedándose sin ingresos y encima no pueden volver porque el mundo se ha paralizado y no hay manera humana de coger un transporte libremente para llegar a su casa.

Luego hablamos de aquellas personas que estaban disfrutando tranquilamente  de sus vacaciones y de repente les ha pillado el coronavirus en una Isla perdida como Baracay en Filipinas con su hija de tres años, hay que sentir en tu piel el momento y la preocupación para saber lo que se siente, varias veces llegó la petición desesperada a nuestro grupo, hoy tras mil peripecias contadas y no contadas la familia está en su casa en Sevilla pero esos momentos no se los quita nadie. Españoles varados en India que iban apareciendo y unificándose en grupos de wassap desde distintas ciudades  que hasta que por fin la embajada fue unificándolos todos en Delhi para ir volviendo en vuelos de repatriaciones, ese tiempo de espera es espacio que solo conocen los que lo han vivido y han compartido esa experiencia la alegría y la paz de volver a sus casas viene sumado al agotamiento y la preocupación por los buenos amigos que todavía están de camino o pendientes de volver. Desde Filipinas los vuelos de repatriación están en marcha, las personas volverán pronto de una realidad en países distintos al nuestro que ahora mismo está confinado y en el que encontrar un hotel para hacer noche antes de volver a sus ciudades repartidas en toda la nación puede ser la segunda aventura porque Europa está parada y encontrar un hotel en Madrid no es tarea fácil tal y como están las cosas.

Las primeras semanas el grupo era un alud de peticiones repartidas por medio mundo, luego hubo unos días de tranquilidad y hace un par de semanas Europa ha despertado. Alfonso y yo moderamos grupos en Europa y conocemos las redes, nos brindamos a ayudar y luego se fueron sumando compañeros que han empleado su tiempo y sus ganas en aportar su grano de arena; los administradores de decenas de grupos de Facebook de Españoles nos abrieron sus puertas para dar voz a la iniciativa y sumarse en la ayuda, llegando de muchos rincones y transmitiendo sus experiencias en beneficio de un colectivo afectado que se encontraba perdido en cualquier parte.

En estos días he hecho amigos en medio mundo, he tenido conversaciones de dos palabras que han servido para que alguien pueda encontrar una solución que se le hacía infinita solo con remitirle a un grupo de wassap o pasarle el teléfono de una embajada, porque desengáñense amigos que en el colectivo no solo hay aventureros españoles que conocen todo, de eso nada también hay personas mayores que les pillo cuidando a sus nietos, o madres con hijos que viajaron a ver a la familia y se han quedado repartidos cada uno en un país, trabajadores que les pilló el alud poniendo placas solares en pleno Johanesburgo. Este colectivo es de Españoles que se aventuran a volver a sus casas en un mundo con restricciones que no ha conocido jamás nuestra generación y ellos si han decidido volver es porque sus razones pesan, no se trata de un capricho sino una necesidad.

Estos días me he enfadado mil veces con el mundo, he respirado hondo y me he vuelto a sentar en la silla de mi cocina sabiendo que todo esto pasará y que es hora de colaborar, seguir ayudando y moverse para que muchas personas puedan encontrar esa información que necesitan y no saben donde está por las razones que sean. No penséis que es una tarea fácil, para nada, en muchas ocasiones hemos visto auténticas subidas de tono cuando una persona ha sugerido “quiero volver” en algún grupo y se le han merendado directamente con opiniones que a veces están de más, en realida tardas menos en contestar a su pregunta que en argumentar razones que le están de más, bastante tienen con lo que están pasando para que sumen críticas innecesarias; suerte que son los menos casos porque la gente aunque parezca que no,  es muy empática y buenos corazones españoles hay repartidos en cada rincón del planeta..

No es fácil poner orden en un grupo donde las experiencias son variadas, donde la impotencia se suma cada día, no olvidemos que llevamos un mes y pico confinados y la diferencias se suman en las redes, has de llamar la atención muy a tu pesar porque al final lo que priman son las soluciones y no las adversidades.

Lo más curioso es cuando entras en un grupo a pedir ayuda y la gente te pregunta ¿Dónde estás atrapada tu?, en Silla, población de Valencia de 18.000 habitantes,  con mi niña y vivendo a 300 metros de mi madre con la que hablo todos los días varias veces porque no podemos ir a verla. La gente se sorprende y se pregunta, ¿de donde cojones ha salido esta?, no lo dicen,  pero seguro que lo piensan,  pues mira que me aburría en casa después de tanto confinamiento y decidí junto a mi brohther jugar a ser Willy Fog  en la vuelta al mundo en 35 días desde su casa aportando nuestro granito de arena  y estamos ayudando a repatriar a Españoles.

 Lo más curioso es que en este juego se han pringado todos, porque absolutamente todos y cada uno de nuestros miembros se deja la piel en aportar sus experiencias y a ayudar a aquellos que lo necesitan, porque os aseguro que cuando la gente entra a él no es para ver cómo está el tema de los afectados no, la gente necesita aportaciones y esa ayuda es importante. En estos días muchas personas han vuelto a su casa y se han quedado con nosotros para seguir orientando a los que aún están de camino, para aportar sus experiencias y poder contribuir con lo que esté en su mano. 

Creamos una red de colaboración que crece, si, pensábamos que esto terminaría pronto pero lamentablemente no es así porque cada país tiene restricciones distintas, normativas, unos están saliendo y otros empiezan; restricciones que a veces también afectan a las propias embajadas que no pueden atender al cien por cien la marabunta de solicitudes. Ese es el segundo tema, un tema tan delicado como es ponerse a hablar de política ahora en España, alud de críticas por las gestiones y el desamparo que sienten algunos, no es momento de descalificaciones, hay que ponerse en la piel de todos y también en la de los funcionarios que a veces son meros mediadores y no tienen las soluciones personalizadas.

Las razones se vuelven nubes de humo cuando el temple ya está caldeado, cuando hay personas que necesitan algo y se ven desatendidas no puedes hacerles callar porque su impotencia les puede, pero si puedes calmarles sabiendo que hasta que lleguen sus soluciones vamos a estar ahí para apoyarles y que no se olviden de ellos. Hay héroes sin cara que desde cada rincón salvan malos momentos, calman desasosiegos, aportan y llenan esos miedos de aportaciones, periodistas que dan voz con sus artículos y transmiten la situación tal y como las viven los afectados y luego,  mientras estamos nosotros que intentamos aportar cada experiencia para que esos que están lejos puedan llegar a casa. 

Hoy, como hace un mes vuelvo a invitaros a que os unáis, los medios que tenemos son muy básicos pero muy grandes, las redes en beneficio de un buen fin siempre suman. La red de colaboración entre Españoles nació hace un mes y está funcionando para que hoy muchas personas repartidas en mil ciudades, algunas que cuesta pronunciar, puedan volver y estar con los suyos. No me cansaré de decirlo, la unión hace la fuerza y entre todos es mucho más fácil porque lo que no conoce uno lo ha visto otro, porque aquí el que menos ha perdido tres vuelos antes de llegar a casa, ha dormido en aeropuertos y con suerte no se ha quedado colgado en otro país entre varios vuelos, ha parado cinco veces para enseñar sus justificantes para volver a casa en coche, ha hablado cinco consulados en distintas ciudades o se ha tirado días enteros pegado al ordenador o al teléfono haciendo amigos perdidos en media Europa o intentando no salir escaldado de alguna trifulca en las redes sobre si es tiempo de quedarse en casa y no de moverse.

El mundo está lleno de héroes y guerreras dispuestas a no caer en el “lo dejo” porque no es cosa mía, hoy mi artículo va por vosotros, valientes,  vosotros no salís en los medios pero unís vuestra buena voluntad porque os nace sin pedirlo, los que estáis ayudando a todas esas personas que han perdido las fuerzas y les gana la incertidumbre y las dudas, apoyando no solo con información sino con palabras de aliento cuando muchos lo necesitan . Y a vosotros compatriotas que estáis lejos pendientes de volver,  tranquilos el momento está a la vuelta, ya veréis y pronto podréis estar en casa. 

Hay una realidad que está presente y con la que no podemos luchar que son las restricciones, activas, necesarias y coordinadas en cada pais del mundo, ni nosotros ni la propia embajada porque prima la salud al movimiento, pero dentro de las que nos están permitidas intentemos canalizarlas, porque tan importante es que llegue un litro de leche a un supermercado como que una persona atrapada pueda llegar a su casa a encontrarse con su familia, porque hay cosas que alimentan antes el alma que la barriga. Como dice mi madre tan sabia, manchega y refranera,  no hay mal que mil años dure y esto pasará y que cuando llegue  podamos celebrarlo con los nuestros.

Hagamos que nuestra iniciativa llegue a cualquier rincón del mundo donde haya un Español varado y podamos aportar nuestro granito de arena para ayudarle en lo que necesite.

 

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